Luego de años de persecución, se perfila una nueva relación con el predador tope de la Patagonia. Hoy, se valora la oportunidad de buscarlo e ir tras sus huellas, pero para vivir la experiencia de avistarlo en su hábitat. Ver un puma para nunca olvidarlo.
Ahí estaban, cuando los antiguos habitantes del noroeste santacruceño pintaron su huella. Las paredes de las cuevas en el río Pinturas, uno de los sitios de arte rupestre más importantes del mundo, lo cuentan desde hace miles de años. Los pueblos que vivían en esa región que hoy conocemos como noroeste de Santa Cruz se encargaron de plasmar no solo sus manos, sino también los animales con los que convivían a diario. Entre ellos el mayor carnívoro de la región: el puma.
El puma se convirtió en el felino con mayor distribución en América encontrándose desde Alaska hasta el sur continental de Argentina y Chile. Particularmente en la Patagonia, los colonizadores exterminaron buena parte de las presas nativas del puma, mientras introducían animales domésticos, especialmente ovinos.
Varios estudios comenzaron a mostrar que estos grandes felinos tenían un rol fundamental en la mantención de la dinámica natural de los ecosistemas que habitan. Al depredar sobre grandes herbívoros, favorecen el desarrollo de la vegetación, remueven animales enfermos disminuyendo la posibilidad de contagio y proveen carroña que alimenta aves amenazadas como el Cóndor andino.
Desde 2017, la Fundación Rewilding Argentina trabaja activamente por la regeneración de todo el ecosistema en el Parque Patagonia. Antes de convertirse en área protegida, en estas tierras también se cazó al predador tope para exterminarlo. Pero hoy, la presencia de este felino y el conocimiento de sus hábitos gracias al estudio científico ha posibilitado el desarrollo de propuestas para el turismo sustentable. Es así que el avistaje de pumas, con la labor de experimentados guías, atrae cada vez a más visitantes.
Facundo Epul, del emprendimiento turístico “El Choique” de Perito Moreno, afirma que en su trabajo como guía, pudo constatar que “gracias a la experiencia de observación de fauna, la gente pudo entender que es un bicho muy perseguido, y valorar ese encuentro más cercano con el puma, que no es una plaga, sino que siempre estuvo ahí y que podemos laburar con espacios que estén destinados para ser conservados como las áreas protegidas”.
Facu destaca que es una persona que siempre invita a amigos y conocidos para que tengan otra mirada de la fauna silvestre. “La observación de la naturaleza es una nueva opción para los jóvenes que queremos trabajar con turismo”.
En el mismo sentido, Federico Djeordjian, guía y propietario de “Chelenco Tours” remarca que “desde los prestadores turísticos tenemos que apuntar a algo más vivencial en contacto con la naturaleza y todas las sensaciones que la Patagonia te provoca”. Federico tiene esperanzas de que el avistaje de especies, muy especialmente en lo que propone la del puma, brinde la posibilidad “de que todos podamos entender que puede ser una economía interesante para desarrollar, promover y cuidar, comunicar y difundir”.
Ambos emprendedores coinciden en que está todo por hacerse para aumentar la cantidad y calidad de los servicios para quienes se deciden por la observación de fauna en el noroeste santacruceño. Y no son los únicos, claro está, que tienen cifradas expectativas en el impacto que ésta actividad pueda tener en el desarrollo socio productivo de las localidades vecinas.
Es urgente entender su rol importante en el equilibrio ecosistémico de todas las regiones donde habita e implementar soluciones no letales al conflicto con actividades productivas. Y que las fotos con imágenes cruentas exhibiendo pumas cazados como trofeo, sean en tiempo pasado.
Verlo en su hábitat es un espectáculo único que lleva a entusiasmarnos y difícilmente se olvide. Pero además, es una eficaz herramienta de concientización y un poderoso motor para la economía local. Pasen, vean y amen.
Día internacional del Puma
En 2009, un incendio, iniciado por la negligencia de algunas personas, arrasó con la reserva cordobesa de flora y fauna Pumakawa, poniendo en peligro la vida de los pumas. Gracias a la intrépida actitud de todo el equipo de colaboradores, pudieron ser salvados todos los ejemplares. Por eso, desde 2017, todos los 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del puma.
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