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Luciano
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Santa Cruz: Turismo y aventura para todo el año

En el corazón de la Patagonia, la ruta escénica 41, que nació como un camino que unía estancias, hoy enamora a los viajeros que buscan un lugar diferente donde sentirse los únicos protagonistas de la imponente belleza del Zeballos.

 

Recorriendo “la 41”, la ruta más alta de la provincia, ubicada en el noroeste de Santa Cruz, el Complejo Volcánico Zeballos se destaca sobre el horizonte del borde sur de la meseta del lago Buenos Aires. Las vistas desde las partes altas parecen no tener límite y resulta maravilloso apreciar todos los ambientes que lo configuran en todas las estaciones del año.

 

La ruta bordea los últimos relictos boscosos de la región y atraviesa la estepa, el bosque andino y el pastizal hasta la alta montaña. “No solo no hay una mejor época para visitarlo, sino que cada vez que la recorres es diferente” explica Federico Djeordjian, guía de montaña y director de “Chelenco Tours”.

 

El invierno y la nieve convierten este ambiente de estepa en una excelente oportunidad para la visualización e identificación de la vida silvestre. El manto blanco es una oportunidad para el avistamiento de fauna y las lagunas escarchadas, los atardeceres infinitos enmarcan una postal ideal para quienes disfrutan de las actividades al aire libre un poquito más abrigados.

“La primavera es una explosión de colores”, describe el guía. “Hay mucha nieve en la alta montaña, y en la zona baja muchas lagunas donde nidifican cauquenes, bandurrias, patos maiceros, macás plateados entre otras aves”.

 

En Santa Cruz hay una nutrida historia de viajeros, especialmente extranjeros, que llegan a observar la fauna y flora específica y endémica de la montaña o la estepa son una atracción cada vez más convocante. En el Zeballos puede haber entre diez y once meses con heladas. Hay especies que están ese periodo guardadas y en un mes cumplen todo su ciclo. “Es como un milagro de la naturaleza”, resalta “Fede”.

 

En verano, los ríos y sus aguas cristalinas son una invitación a bañarse. Y pese al calor, en la alta montaña sobreviven pequeños parches de nieve. Descubrirlos es una fiesta. “La posibilidad de tener nieve todo el año, incluso al costado del camino, lo vuelve único”.

 

El otoño es mágico. “Es mi estación preferida el bosque se tiñe con un arco cromático donde predomina el rojizo, los ocres, naranjas, amarillos, beiges, rojos y marrones en todas sus gamas, ideal para la fotografía”.

 

La RP 41 posee tres accesos: por Los Antiguos, en el borde norte; por el sur de la Meseta del Lago Buenos Aires desde el acceso al Parque Nacional Patagonia y por el sur desde Lago Posadas y el acceso sur de la ruta 41 que lleva al Parque Nacional Perito Moreno.

La ruta escénica 41 cuenta con una audioguía que puede descargarse en el celular, para ir reproduciendo a medida que se va recorriendo. “La ruta es muy linda naturalmente y la audioguía ayuda a desentrañar de qué se tratan las distintas formaciones, las bardas, los miradores, y puntos panorámicos. No reemplaza a un guía, pero aporta muchísimo al recorrido”, explica Djeordjian.

 

Federico admite que la devolución de los viajeros siempre es muy buena. “Se van sorprendidos con los lugares que conocieron, los senderos que caminaron, las formaciones que visitaron. La pasión con la que uno brinda esas guiadas hace que los visitantes puedan disfrutar al máximo de estos lugares”, describe el guía.

 

Al conocimiento del terreno de los vecinos de la zona, los guías han recibido distintas capacitaciones que le permitieron mejorar la visitación. “Hemos crecido mucho en el conocimiento del área, en la información que se le entrega al pasajero, en el valor agregado que le podemos dar”, dice Federico. “De a poquito vamos conformando este rompecabezas y engrosando la oferta año a año”.

 

El paisaje, la fauna silvestre, las postales que regalan las distintas estaciones, es una experiencia única. “Siempre que vas, tenés esa sensación de que el Zeballos es para vos solo”. Sea en otoño, invierno, primavera o verano. Es la experiencia de un pequeño espacio de exclusividad y conexión con la naturaleza prístina del noroeste de Santa Cruz.