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INTERNISMO RADICAL

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INTERNISMO RADICAL

Sobre las elecciones internas del radicalismo provincial

 

por CRISTOPO

 

 

Las elecciones internas del radicalismo santacruceño hicieron justicia a la característica central del radicalismo: el internismo.

 Quizás deberían llamarse “elecciones internistas”. 

 

La historia previa resumida fue más o menos así:

 

>El costismo decidió que reeligiera Gardonio como presidente del comité provincia, les faltaba decidir sobre el comité Río Gallegos; Daniela D’amico quería ser la postulada a la presidencia del comité local pero el roxanismo no quiso; Daniela se pasó entonces al Leoroquelismo y fue la candidata de Leo al comité local. 

 

> El roxanismo aparentemente quería ganar amplitud y apostar a la lista Marcelo Saá al comité Río Gallegos; mientras tanto, quizás por si acaso o para meter presión o vaya a saber por qué, los roxanistas crearon una lista nueva en la que se postularía Javier Stoessel a la presidencia del comité Río Gallegos; luego esa lista cayó, llegó a anunciarse pero no prosperó; pero seguidamente, fue Fabián Leguizamón (quien se fue del radicalismo luego del 2019) el que más provecho sacó de la lista de Saá mostrándose como impulsor en las sombras primero, y finalmente de manera muy explícita; entonces no se sabe bien con quién jugaba Marcelo Saá, ya que encima Leguizamón cuando se fue del radicalismo ha sido muy duro en sus dichos sobre Roxana.

 

>Mientras tanto, Quinteros se escindió del Leoroquelismo en Caleta y armó lista propia, y Leo sumó a Juan Acuña Kunz.

 

Todo esto, como siempre, a la vista de todos. Con tener una cuenta de facebook uno podía seguir las disputas casi en vivo.

 

 

 

Que se rompa el hecho pero que no se doble el dicho…

 

 

Uno de los corolarios que dejaron estas elecciones internas es que el radicalismo santacruceño se fue transformando cada vez más en un partido de esencia legislativa y enunciativa, con cada vez menos ejecutividad y capacidad de producción de hechos concretos.

 

A muchas de las banderas que agitan con la facilidad de la enunciación, luego no las pueden cumplir ni siquiera internamente.

 

Lo de la Boleta Única fue un bochorno. Hasta organizaron charlas públicas sobre el tema de la Boleta Única hace muy poco, y luego no la pudieron (barra quisieron) implementar en una simple elección interna.

 

También dejaron que desear en la cuestión de paridad de género en las listas.

 

Y una más: siendo el partido que se enorgullece de ser democrático y pacífico, tuvieron acciones violentas en Caleta Olivia (sumado a los acontecimientos también oscuros de Caleta en la elección de la juventud radical hace poco tiempo).

 

Síntesis: siguieron con la vieja política de las boletas tradicionales, sin apostar de lleno por la diversidad y cupos de género, y con hechos de violencia anti-democrática (no muchos, pero lo suficiente como para que se haga notar que en dos simples internas hubo más violencia e irregularidades que en elecciones generales). Todo eso en nombre de un ya viejo y peludo cambio yde una nueva evolución.

 

 

Cosas para pensar

 

 

Según mi punto de vista, el costismo perdió la oportunidad de apuntalar aún más a Daniel Roquel. Si hubiera sido Dani Roquel el candidato a presidente y Gardonio el vice, se habría ayudado a hacer crecer más a un dirigente relativamente joven, como Daniel Roquel, que escasean. 

 

Además, le hubiera servido a Daniel Roquel para aplastar a su contrincante de apellido, Leo Roquel, que le ha venido sacando unas cabezas de ventaja hasta ahora (lo cual, a su vez, le hubiera servido también al costismo para frenar más el momento estrella de Leo).

La campaña de Leo Roquel fue perdiendo volumen con el tiempo. Había muchos menos referentes políticos para mostrar en sus fotos que en el caso de Gardonio. Las fotos de Leo tenían mucho menos volumen. En la pelea de fotos, fue claro que ganaron los costistas.

 

Por su parte, Juan Acuña Kunz cometió la ridícula idea de fotografiarse con el peronista Belloni nada menos que antes de una elección INTERNA radical. 

 

Y de fondo, el fadulismo-leoroquelismo tiene una contradicción de base: Pato Fadul es “grieterista interno”, radicalizado en su verba, conflictista, y en cambio la marca personal de Leo Roquel es la contraria: un moderado que supuestamente se lleva bien con todos.

 

¿Cómo conciliar esos dos estilos, esas dos formas de encarar lo político, esas dos estrategias?

 

Sin embargo, pareciera que al interior del radicalismo provincial hay una grieta muy marcada y bastante fija, con votos internos bastante predefinidos, hagan lo que hagan los referentes máximos de cada lado de la grieta. No hay que creer que el anti-costismo perdió mucho terreno comparando con los resultados de las PASO 2021.

 

 

 

Comparación con las PASO 2021

 

 

En una primera leída, pareciera que Leo Roquel hubiera perdido terreno respecto del Costismo comparando con las PASO 2021.

 

Pero no es tan así: en las PASO 2021 jugó también Gaby Mestelán. Es muy probable que quienes votan en internas radicales (como ayer) hayan votado a algún radical en esas PASO. Por lo tanto, se puede inferir que son muchos más los votos que Gaby Mestelán (Encuentro Ciudadano) le “chupó” a Roxana Reyes en las PASO 2021 de los votantes independientes que los que les sacó a Leo.

 

Si no hubiera jugado Gaby Mestelán en esas PASO, los resultados porcentuales entre Roxana y Leo se habrían parecido más a los de estas internas. Sumado a los puntitos más que hubiera sacado Leo si no se hubiera escindido Quinteros.

 

Y no tengo aún, al momento de escribir esta nota, los números finales de los resultados del comité Río Gallegos, pero también es probable que si Quinteros no se hubiera separado del leoroquelismo, Daniela D’Amico habría ganado el comité Río Gallegos.

 

Caleta

 

La cuestión “Caleta Olivia” es todo un tema para analizar, que va más allá de lo político y llega a lo social. Pareciera ser que con cada año que pasa, se torna más “incontrolable” a la distancia, en lo político. Una ciudad cada vez más difícil, y que más que nunca necesita dejar de ser tomada como la hija a la distancia de Río Gallegos. 

 

Matías Quinteros tiene un perfil muy distinto al de los principales referentes de las otras dos listas. Un perfil mucho más popular y menos burgués, que pareciera ser adecuado para ser referente en la dureza de esa ciudad. Pero el inconveniente que tiene es que el radicalismo es un partido burgués.

 

Sincericidio

 

Volviendo a Roxana, cometió algo así como sincericidios más de una vez en las radios al explicar en entrevistas preelectorales de estas internas, por qué Gardonio era la mejor opción: centró su argumentación en que porque Gardonio puede mostrar experiencia en gestión ejecutiva (al ser intendente de San Julián con logros de gestión). Resulta ser que, en cambio, ella no tiene ninguna experiencia de gestión en el poder ejecutivo. Hasta Leo Roquel tiene más experiencia que ella (fue Director de Deportes en la gestión de Giubetich, ella en cambio no fue nada nunca en gestión ejecutiva).

 

Si para ella pesa mucho el tener experiencia de gestión ¿qué le cabe (según sus propios parámetros) para presentarse a gobernadora?

 

Pero, por cierto, si hay un problema que tiene el radicalismo provincial es la falta de referentes con experiencia ejecutiva. Uno de ellos, si recordamos bien, es Fabián Leguizamón: tuvo que reemplazar a Giubetich un tiempo como intendente de Río Gallegos cuando Roberto tuvo problemas de salud, y pudo manejarse bien (y sin haber elegido a los Secretarios y demás cargos). 

 

 

 

¿Leguizamón, el ganador oculto?

 

 

Leguizamón hizo una buena jugada: se mostró como el mentor de la lista de Marcelo Saá, y con éxito. No sólo volvió a utilizar su logo de “Soluciones” en un afiche de apoyo a Saá, sino que incluso la lista de Marcelo se llamó “Solución radical”. La relación entre estos dos referentes fue explícita.

 

Ahora lo que queda es que Leguizamón regrese al radicalismo. El mejor momento es ahora, ya mismo, y tiene que aprovecharlo. Su ida del partido fue un error poco calculado. Si Giubetich volvió (aunque él se fue de la manera lógica y adulta: sin carta pública de renuncia y de quejas furibundas), por qué no va a poder volver él.

 

 

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