Vidal en el laberinto de sus palabras
El Gobernador Claudio Vidal propuso a Gabriela Castro, una abogada con poca experiencia, para comandar el Tribunal de Cuentas, único ente de control del Gobierno de Santa Cruz.
El nombramiento choca de forma muy marcada contra las declaraciones del propio Vidal; de su Vicegobernador y las propuestas de campaña que impulsaron en las que buscaron mostrarse como dirigentes totalmente transparentes y contrarios a las que denominaron prácticas de la vieja política.
Si tenemos en cuenta las declaraciones que venía realizando Claudio Vidal y los miembros de su alianza electoral, podríamos haber pensado que la propuesta para cubrir el cargo del Tribunal de Cuentas sería un miembro de la oposición, para darle real sentido al control de la gestión, o que se buscaría a un dirigente de una importante trayectoria para el cargo.
Podiamos pensar que se haría la propuesta a alguien como Javier Stoessel, buscando dar señales claras de luchar contra la corrupción y evitar que el gobierno pueda verse tentado de ocupar con gente de sus filas en el lugar que debe ejercer una importante tarea de verificación de las acciones del propio gobierno.
Podiamos pensar que se nombradía a un miembro de Encuentro Ciudadano; o incluso a algún abogado conocido de la matrícula provincial.
Pero Vidal sorprendió proponiendo a Gabriela Castro, cuñada de Pedro Luxen, ministro del Gobierno de Santa Cruz, como presidenta del Tribunal de Cuentas.
Castro no tiene grandes pergaminos profesionales en su haber, no tiene una reconocida trayectoria ni un alto perfil público; tampoco se le conocen destacadas actuaciones en el fuero local.
El Gobierno provincial hizo pomposas declaraciones sobre la importancia del Tribunal de Cuentas, la transparencia y lo destacado de la entidad. El Vicegobernador Leguizamon encabezó una cruzada contra miembros del Tribunal de Cuentas y cuestionó su honestidad de manera pública y marcada.
Incluso habían presentado desde el oficialismo una propuesta para cambiar la ley que establece el funcionamiento del Tribunal y modificar la forma y duración de los mandatos de los miembros.
Se dijo también que no iba a permitir el nombramiento de familiares en el Estado, y se cuestionó desde el vidalismo a varios ex funcionarios por hacerlo. Pero parece que para todo hay excepciones.
El gobierno provincial vuelve a sorprender, esta vez con la propuesta de designación de Gabriela Castro como presidenta del Tribunal de Cuentas, que se encuentra acéfalo luego de la renuncia de Carlos Ramos.
Castro cuenta con apenas 5 años de profesión, y además está fuertemente vinculada a la gestión Vidal ya que es funcionaria provincial.
Si bien el ejecutivo tiene la facultad realizar este tipo de propuestas, lo llamativo es que el pliego de la cuñada del hombre más cercano a Vidal llega en medio de acusaciones cruzadas sobre el funcionamiento del Tribunal de Cuentas, cuyo ex presidente Carlos Ramos fue atacado con vehemencia por esta gestión provincial de la mano del vicegobernador Fabián Leguizamón llegó incluso a pedir su juicio político. Ramos terminó renunciando.
Resta saber qué opinan de esta maniobra los socios de Vidal en la gobernación y en la alianza electoral. ¿Que piensa por ejemplo Gabriela Mestelan de Encuentro Ciudadano sobre la propuesta?¿Qué piensa Daniel Gardonio? ¿Qué piensan referentes como Acuña Kunz del radicalismo caletense? Qué piensan los dirigentes que llevan años pidiendo un tribunal de cuentas que controle realmente al gobierno y que pueda tener independencia. Qué piensan los que llevaban adelante una lucha contra la corrupción y ahora acompañan a Vidal que termina haciendo lo que dijo que venía a combatir.
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