El país firmó un acuerdo clave para proteger la diversidad marina en alta mar, una zona que no tiene un marco de conservación a nivel internacional.
El martes, la Canciller Diana Mondino firmó en Nueva York un acuerdo clave para combatir la pesca sin regulación más allá de la milla 200. Esta herramienta permite, una vez implementada, que se creen áreas de protección marítima en alta mar, como lo que podría suceder al borde del Mar Argentino, una zona de intensa presión pesquera sin ningún control.
“Este acuerdo es fundamental para proteger y avanzar en una explotación responsable de los recursos marinos que son patrimonio de la humanidad y de los cuales dependen en gran medida los países sudamericanos”, señaló Milko Schvartzman, responsable del programa de Océanos del Círculo de Políticas Ambientales.
“La Argentina reafirma su compromiso con las políticas oceánicas”, publicó Cancillería desde su cuenta en X. De este modo, el país se suma a las 90 naciones que ya han rubricado este instrumento internacional en el Marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina de las Zonas situadas Fuera de la Jurisdicción Nacional, también conocido como BBNJ por sus siglas en inglés.
Según Martina Sasso, fundadora de la Ong “Por el Mar”, explicó: “Justo al borde del Mar Argentino, a la altura de la milla 201, Argentina es protagonista de uno de los mayores puntos de presión pesquera del planeta. La implementación del acuerdo BBNJ provee una herramienta más para combatir la pesca ilegal, no regulada y no reglamentada. Este marco otorga a la Argentina la posibilidad de proponer un área marina protegida fuera de la jurisdicción nacional que le permita poner fin al saqueo de nuestras pesquerías en manos de más de 500 barcos extranjeros.“
El Acuerdo, que fue adoptado el 19 de junio de 2023, tiene como pilares la distribución justa y equitativa de los beneficios de los recursos genéticos marinos; las evaluaciones de impacto ambiental; el fomento de la capacidad y la transferencia de tecnología marina; y la implementación de herramientas de gestión basadas en áreas, incluidas áreas marinas protegidas.
La Argentina fue protagonista en la génesis del BBNJ y en los procesos cruciales en los que la ONU decidió avanzar en un acuerdo de esta escala, como la cumbre de Río+20, en 2012. El siguiente paso, ahora, es que el país avance en el proceso interno de ratificación, de manera que el Acuerdo pueda entrar en vigor, y sea posible crear Áreas Marinas Protegidas (AMPs) realmente efectivas en aguas internacionales. El BBNJ excluye cualquier posibilidad de interpretaciones discrecionales relativas a conflictos de soberanía.
Milko Schvartzman detalló: “Desde las organizaciones que trabajamos desde hace años para su entrada en vigor, reconocemos este paso importante en pos de la conservación de los recursos marinos del Atlántico Sur y de todo el planeta”.
El Atlántico Sur es una de las zonas más sobreexplotadas de todo el planeta por la pesca sin control que ejercen más de 500 barcos de China, Corea del Sur, Taiwán y España. Argentina es uno de los más afectados por este tipo de pesca en alta mar ya que el ecosistema es el mismo dentro y fuera de la Zona Económica Exclusiva. Al mismo tiempo, mientras se produce la pesca en la milla 201, algunos barcos han ingresado en forma ilegal afectando la soberanía nacional.
FUENTE: POR EL MAR
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