Soñado por quien dedicó su vida a explorar la historia de la región pintada en las rocas, este complejo que reúne un museo arqueológico y uno histórico etnográfico con una novedosa confitería boutique, se prepara con todo para el evento astronómico que reunirá a cientos de personas en octubre de este año.
El Complejo de Museos de Perito Moreno nació a partir de la iniciativa de un grupo de vecinos que, en 2004, se organizaron bajo la Asociación Civil Identidad. “Ellos veían que pasaba la gente para ir a la Cueva de las Manos y acá en el pueblo no había un soporte para eso”, relata Natalia Morrone, una de las principales referentes del proyecto.
El primer paso fue restaurar un edificio de los años 20 abandonado, propiedad del señor Pedro Iturrioz. “Se gestionó a través de la municipalidad para poder hacerse cargo de la restauración. Una parte que estaba en mal estado se tuvo que tirar abajo, pero se trató de respetar lo que más se pudo,” explica Morrone. El lugar, conocido como el Salón Iturrioz, se convirtió en un espacio de encuentro comunitario y cultural, inaugurado en 2006 y declarado Patrimonio Urbano Local y Monumento Histórico Provincial.
Luego de esta primera iniciativa, la Asociación Identidad encontró un terreno en la calle Rivadavia al 900 frente Banco Santa Cruz donde comenzó a gestarse el Museo de Arqueología Carlos Gradín. Gracias a los fondos obtenidos por una arqueóloga en un premio internacional de la AECIP de España, se pudieron sentar las bases del museo. “El Museo de Arqueología Carlos Gradín se inaugura el 1 de diciembre del 2018, o sea que ya tenemos casi 6 años funcionando”, comenta Morrone.
El núcleo del museo es su reservorio en el subsuelo, un espacio dedicado a la conservación de colecciones arqueológicas. Además, cuenta con un laboratorio arqueológico que es utilizado por científicos. Actualmente dos biólogos del CONICET trabajan allí. Morrone destaca que el nombre del museo es un homenaje a Carlos Gradín, un investigador clave en el estudio de la Cueva de las Manos. “Gradín siempre decía que él tenía un sueño de que acá haya un museo para poder exponer todo lo que había encontrado para que la gente pueda aprender”, añade Morrone.
El museo ofrece diversas exhibiciones temporarias y permanentes. “En la planta baja tenemos la sala institucional, donde se cuenta justamente la historia de gestión de la Asociación Civil Identidad”, describe Morrone. La sala principal está dedicada al mundo de Carlos Gradín y la arqueología, mientras que en la planta alta se presentan los resultados de investigaciones sobre los cazadores-recolectores que habitaron la zona hace miles de años.
El área lúdica infantil, una de las primeras salas inauguradas, es un espacio destacado donde el guanaquito “Chulito” recibe a los niños con juegos educativos sobre arqueología, flora y fauna. “Es un espacio que, si bien se utiliza para recibir a los colegios, está abierto al público en general todos los días, todo el día”, comenta Morrone. Además, el museo cuenta con la Biblioteca Don Blanco, un espacio de la Fundación LER para fomentar la lectura en la comunidad.
El público del museo varía a lo largo del año. Durante el periodo escolar recibe visitas de instituciones educativas de P. Moreno y de otras localidades. “En primavera y verano turistas de todo el mundo se acercan al museo para poder conocer un poquito más de lo que es Cueva de las Manos”, señala Morrone. También se ofrecen visitas guiadas opcionales a los visitantes.
El noroeste santacruceño será el epicentro del evento astronómico más esperado del año: el eclipse solar anular. El Complejo Gradin será parte de las múltiples propuestas que se preparan para el próximo 2 de octubre en Perito Moreno. Ya están confirmadas en el hall del complejo museístico una exhibición de fotógrafos locales con imágenes de cielos patagónicos, y una programación de charlas temáticas.
Morrone, quien actualmente está a cargo de la subdirección del museo, expresa su amor por el contacto con los visitantes. “El guía es el mediador entre el patrimonio y el visitante, por lo tanto, es muy enriquecedor compartir información y también el asombro de la gente”, afirma. A pesar del enfoque científico del museo, Morrone subraya la conexión entre los antiguos cazadores-recolectores y la gente de hoy. “Siempre me gusta hacer hincapié en que no somos tan diferentes a estos cazadores recolectores, sino que eran gente como nosotros, pero que vivieron en otro momento y con otras tecnologías”, concluye.
Este complejo de museos no solo preserva y exhibe la rica historia arqueológica de la región, sino que también se ha consolidado como un centro cultural y educativo para la comunidad y sus visitantes.
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