El intendente del Parque Interjurisdiccional Marino Makenke analizó el impacto de las áreas protegidas, la importancia de apoyar la creación del Parque Marino Monte León y la importancia de las comunidades costeras.
“Más del 50% del oxígeno que respiramos se genera en el mar, pero históricamente hemos vivido de espaldas a este recurso”, comentó Juan Jones en el programa La Voz del Mar de Puerto San Julián, emitido por Radio Municipal 99.5 y conducido por Noel Miranda de la Fundación Por el Mar.
Juan Jones es el intendente del Parque Interjurisdiccional Marino Makenke, creado en 2012, y que protege 71.272 ha de la costa central de Santa Cruz, cerca de Puerto San Julián. Este parque conserva ecosistemas únicos, fomenta prácticas sostenibles, y fortalece el vínculo comunitario a través de educación y proyectos locales.
Uno de los puntos centrales de la conversación fue la creación del Parque Interjurisdiccional Marino Monte León, un proyecto de ley que busca ampliar la protección de la costa hacia el mar, preservando bosques de macroalgas vitales para la captura de carbono y el sostén de especies marinas clave. En abril de este año fue aprobado por unanimidad en la legislatura de Santa Cruz, y luego ingresó a la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano del Congreso de la Nación, donde espera un dictamen favorable.
“La creación de Monte León como parque interjurisdiccional no solo fortalece la conservación, sino que también involucra a actores locales en su gestión.Este modelo de gobernanza mixta es clave para garantizar un manejo sostenible y beneficioso para las comunidades costeras”, afirmó Jones.
De hecho, el modelo interjurisdiccional, como el que ya funciona en Makenke, permite que los municipios sean parte activa en las decisiones. “Es importante que los usuarios, quienes disfrutan y utilizan esa área protegida, estén presentes. El municipio es el representante de la localidad, el actor con el que nos relacionamos. Sin ellos, no sirve; las áreas protegidas tienen que trabajar con la gente adentro”, destacó.
Este enfoque, según Jones, busca integrar las necesidades locales y garantizar que las comunidades costeras encuentren en la conservación una oportunidad de desarrollo. “Si las actividades respetan los ciclos ecosistémicos y son sostenibles, hay que defenderlas, ya sea turismo, pesca o cualquier otra que perdure en el tiempo”, concluyó.
Desde su creación, el PIM Makenke ha trabajado para conservar los ecosistemas de la Bahía San Julián y “gestionar un parque marino es muy distinto a lo que se describe en los libros que tenemos de conservación terrestre”, apunta Jones. “Uno está acostumbrado a ver lo que está en superficie, lo que sale a la superficie y muchas veces lo que sale con la caña cuando uno pesca. Y la realidad es que la diversidad es gigantesca”, describe el intendente.
Los ecosistemas marinos son distintos, porque “depende la ubicación, depende la temperatura del agua, depende de la salinidad del agua, depende de los nutrientes que tenga el agua, depende de los fondos que tenga ese lugar, ya puede ser fondos rocosos, de arena, fondos blandos como puede ser la Bahía San Julián, nos deja dar una diversidad de especies que tal vez en tierra no estén”.
Y es ahí donde radica la importancia de que estos conocimientos se compartan, para descubrir la riqueza de lo que está al frente de nosotros, y, sin embargo, no lo sabemos y es a través de actividades educativas y proyectos comunitarios, que de un tiempo a esta parte, el parque se ha integrado como un actor social fundamental para la comunidad local.
Jones recordó que en 2009 se dio el primer paso hacia la protección marina en Argentina, con la creación del primer parque interjurisdiccional marino costero en convenio con la provincia de Chubut. Posteriormente, entre 2010 y 2011, en Santa Cruz, comenzaron las gestiones para el Parque Interjurisdiccional Isla Pingüino en Puerto Deseado y el Parque Interjurisdiccional Marino Makenke en San Julián. “Todo eso culminó en 2012 con la sanción de una ley nacional que refrendó los tratados de creación y permitió la puesta en funcionamiento de estas áreas protegidas”, explicó Jones.
“Cuando llegamos, no había tradición de lo que implica tener un área protegida en la costa, pero, con el tiempo, logramos construir un vínculo sólido a través del trabajo con las escuelas, charlas educativas y proyectos como Vida en la Naturaleza, que fortalecen el conocimiento y el cuidado de los recursos marinos”, explicó.
“La marca Parques Nacionales genera un sello de calidad que impulsa actividades sostenibles, como la pesca responsable y el turismo”, destacó Jones. Este crecimiento fue posible gracias al apoyo constante del municipio y la comunidad, consolidando al parque como una referencia en conservación marina.
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