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Luciano
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LIZETHi sigue sin Justicia

Lizeth Barrera, un día como hoy, hace 3 años, estaba en la cena de festejo de cumpleaños de su abuelo en la localidad de Gobernador Gregores.  Había ido con su pareja, Gonzalo Márquez, quien era (y aun lo es) policía. Salieron del cumpleaños, y nunca más la vieron con vida.

 

“Estábamos festejando un cumpleaños en mi casa -relata Sandra Carrasco, madre de Lizeth-  ambos estaban en la fiesta. A las 3:15 Hs. se fueron y no tuvimos más contacto con ella”.

La investigación señala que ambos se dirigieron al domicilio donde convivían hacia unos meses. Y que, luego de una discusión, Márquez se fue con un amigo dejando sola a Lizeth. Al otro día fue encontrada en su vivienda con un disparo en la cabeza.

Las primeras investigaciones apuntaban a un suicidio, pero la familia acusa a Gonzalo Márquez, dueño del arma reglamentaria utilizada. El agente policial contó que cuando regresó, ella no atendía la puerta por lo que rompió las ventanas e ingresó a la casa encontrándola tirada en el suelo de la habitación en un charco de sangre con un disparo en la sien con entrada y salida del proyectil del arma reglamentaria que le pertenecía.

“Aun no se sabe nada. A tres años, lo único que sé, es que Lizeth no se mató”, sentencia Sandra. Tras este hecho, Márquez fue  trasladado a Comandante Luis Piedrabuena donde aun cumple funciones para la fuerza de seguridad provincial.

“Este individuo nunca declaró, nadie le preguntó nunca que pasó. Queremos Justicia, mi hija no se suicidó. A mi hija la mataron” repite Sandra.

Lizeth le había contado a su círculo íntimo que sufria violencia de género, pero ninguno de sus amigos fue citado a declarar.

“Marquez es policía, y tiene muchos conocidos. Este individuo tuvo ayuda para ser transferido y ocultarse. Salio sin culpa y cargo y sigue trabajando” relata la mama a WOU.

“Ella siempre fue la investigada: sus mensajes, como se vestia, que subía a las redes, pero a él nada. Nunca sospecharon. Él está libre. Gonzalo Marquez esta libre de culpa y cargo”.

“Ella no se hubiera matado. Hablo lo de la violencia que sufría con sus amigos. El la controlaba, la manipulaba. Ella no se mato” asegura Carrasco mientras recuerda a su hija, a tres años de su muerte.