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Luciano
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¿Coronavirus o gripe?

En tiempos de COVID saber diferenciar una enfermedad de otra puede ser crucial. En esta nota te contamos algunas claves para poder hacerlo.

 

Ambas están causadas por virus respiratorios. Se transmiten de modo similar y pueden generar los mismos signos y síntomas. Cómo distinguirlos.)

Fiebre, tos seca, dolor de garganta o pecho, problemas para respirar. Esos son algunos de los síntomas que podrían dar cuenta de estar padeciendo COVID-19, el virus detectado por primera vez en Wuhan, China, hace más de un año. Por esta razón, con los cambios de estación, entrado el otoño, los síntomas pueden llegar a confundirse con otras afecciones propias de esta época, como las alergias y la gripe estacional, sobre todo, en un año como este, en el que los chicos retomaron las clases presenciales y hay mayor circulación que en 2020 de gente en la vía pública.

Tanto el COVID-19 como el resfriado común están causados por virus. El primero de estos es ocasionado por el SARS-CoV-2, mientras que el resfriado común, en su mayoría, por los rinovirus. La mala noticia es que se transmiten de modo similar y pueden generar los mismos signos y síntomas.

Entre las gripes estacionales, los síntomas más comunes son tener fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, congestión, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga. De acuerdo con las recomendaciones brindadas el año pasado ante la propagación del COVID-19 por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de los Estados Unidos, lo primero que hay que preguntarse es si la persona tiene fiebre. En caso en que así fuera, si también experimenta otros síntomas, como falta de aire, debe consultar al médico porque podría tratarse de coronavirus.

Al principio del curso de la enfermedad, “la sintomatología es casi imposible distinguir una de la otra. El resfriado común queda limitado a la vía aérea superior, con goteo nasal, pero el coronavirus avanza un poco más y afecta las vías superior e inferior, con tos y dificultad para respirar. Eso sucede cuando la enfermedad está avanzando. Lo que cambia son los agentes productores. Ninguna de las enfermedades que provocan esta sintomatología requieren un tratamiento específico. Hay que estar atentos al avance de los síntomas para poder hacer el diagnóstico”, alertó a Infobae el médico pediatra Carlos Kambourian, ex presidente del Hospital Garrahan.

Antes de evaluar las diferencias entre el nuevo coronavirus y la gripe estacional habría que analizar las diferencias entre la sintomatología de esta última y la de un resfriado común. Hay al menos 100 virus que pueden causar el resfriado común, pero solo cuatro que causan la gripe estacional. Muchas de las personas que contraen un resfriado asumen que tienen influenza, pero los expertos siempre dicen lo mismo acerca de cómo notar la diferencia: “La influenza hace que te sientas como si un camión te hubiera atropellado”. La fiebre, los malestares y dolores de cabeza de un grave caso de influenza son generalmente peores que un caso de virus respiratorio sincitial, rinovirus o cualquiera de los virus comunes del resfriado.

Todo el mundo conoce los síntomas de la gripe: fiebre, dolores de cabeza, malestar en el cuerpo, garganta irritada, goteo nasal, paranasales tapados, tos y estornudos y, en infantes, infecciones en el oído. Algunos pacientes, especialmente los niños, también presentan diarrea y vómitos. En casos severos, la complicación más común es la neumonía. Las señales típicas de una neumonía causada por influenza son: dificultad para respirar, sobre todo cuando haces algún esfuerzo, y una respiración inusualmente rápida –un síntoma que los médicos suelen buscar en los niños– y, a veces, dolor en el pecho o la espalda.

Saber si se tiene COVID-19 es más complicado porque hay muchos –y, a veces, bastante descabellados– síntomas, muchos de los cuales se asemejan a los de la gripe. Los síntomas más comunes son fiebre alta, a veces con escalofríos, tos seca y fatiga. El síntoma que realmente diferencia a las dos infecciones es que muchas víctimas del COVID-19 pierden repentinamente el sentido del olfato, y no porque tengan una nariz congestionada sino porque no son capaces de percibir incluso olores fuertes, como el de la cebolla o el café. No todas las víctimas del virus sufren de anosmia, que es el nombre formal de la pérdida de olfato, pero un estudio reveló que el 87% sí presenta ese síntoma.

Los síntomas menos comunes son: garganta irritada, congestión, goteo nasal, vómitos, diarrea, dolores estomacales y la sensación de quedarse sin aliento cuando se hace algún esfuerzo. Algunas víctimas tienen enrojecimiento de los ojos o con picazón, y algunos presentan enrojecimiento o ampollas en los dedos de manos y pies –los llamados ‘dedos COVID’– que se asemejan a los sabañones. Síntomas más peligrosos –lo que significa que se debe buscar atención médica inmediata– incluyen: gran dificultad para respirar; dolor o presión sobre el pecho; labios o rostro azulado; confusión o dificultad para responder preguntas sencillas; y el colapso o pérdida de la consciencia.

Además de la temible naturaleza de la enfermedad, está la posibilidad de la formación de coágulos de sangre que pueden generar un daño cardíaco, cerebral o pulmonar. Incluso, en algunos casos que parecen leves o asintomáticos puede crear señales de lo que los médicos creen que quizá sea daño cardíaco duradero.

“En el caso del coronavirus, la infección de vía superior y el dolor de cabeza se acompañan de un cansancio bien importante, que es muy diferente del cansancio de la gripe común. Es un dolor sordo de los músculos, que lo único que intenta es hacerte permanecer quieto. Te inhabilita de hacer tu actividad por más básica que sea. Hasta para la recorrer una distancia corta dentro del hogar, la persona infectada con COVID-19 va a tener que hacer una parada en el medio para suspirar varias veces y recuperar el oxígeno con esta enfermedad”, amplió Kambourian y alertó que este año, a diferencia de 2020, van a convivir más virus y por eso recomienda estar atentos.

Fuente: Infobae