En esta nota te dejamos algunos tips para una vida más saludable.
¿Cómo puedo hacer para acordarme de tomar agua?
Uno de los obstáculos más frecuentes para beber agua con regularidad precisamente suele ser el de la falta del estímulo.
No todas las personas tienen la misma sensación de sed. Sobre todo, en población infantil y personas mayores la sensación de sed se ve muy disminuida, y también en general personas a las que les pasa de forma individual.
En estos casos la recomendación más práctica sería tener siempre a nuestra disposición agua para que de ese modo no tengamos que acordarnos, sino que el entorno nos lo ponga mucho más fácil.
También si tenemos la posibilidad en nuestro trabajo o en nuestro hogar de tener alternativas de hidratación que sean saludables, como por ejemplo infusiones frías, puede ayudar mucho, especialmente en las épocas de más calor.
¿Es bueno comer carne para cenar?
Cenar carne puede ser una de las diferentes opciones que tenemos como fuente de proteínas, aunque sí que es cierto que a nivel de salud deberíamos intentar priorizar cualquiera de las otras: pescado o huevos serían todavía más saludables, y en el caso de la elección de legumbres tendríamos la opción más sana.
Actualmente en nuestro entorno consumimos demasiada carne, de modo que la idea sería intentar reducirla todo lo posible en nuestra alimentación y escoger otras fuentes proteicas más interesantes.
Si además hablamos sobre digestibilidad, la carne suele ser más indigesta que otras proteínas más fáciles de digerir, y puede dificultar el descanso nocturno.
Si finalmente decidimos escoger carne, es importante que sea un corte noble, a poder ser no muy graso y evitando que sea carne roja o carne procesada.
¿Cuántos hidratos deben comer los niños?
Las raciones de hidratos de carbono en población infantil siguen más o menos las mismas recomendaciones que en población general.
Lo único que hacemos es adaptar el tamaño de estas raciones, pero no necesariamente tenemos que cambiar el patrón dietético de todo el día.
Eso quiere decir que, al igual que haríamos en un adulto, adecuaremos las ingestas de hidratos de carbono a la actividad física de los niños. Si estamos ante un supuesto muy sedentario, está justificado que en la comida tenga más protagonismo la ración proteica y la parte de verduras, y no tanto los típicos platos de pasta, arroz o bocadillos que solemos encontrar en población infantil.
Es muy frecuente que los menús infantiles tengan una carga de hidratos de carbono más alta de lo convencional, porque suelen ser fáciles de aceptar por los niños, de modo que hay que intentar que no todo el menú sea predominante en estos alimentos.
Cuando hablamos de hidratos de carbono entre horas, es muy importante que no haya mucha presencia de alimentos superfluos como bollería, dulces o galletas, ya que están muy presentes entre los más pequeños de la casa. En esos casos lo que habría que intentar potenciar es la presencia de fuentes de hidratos de carbono más saludables, como por ejemplo las frutas.
En líneas generales si conseguimos reducir el azúcar añadido dentro de la dieta infanto-juvenil, ya estaríamos haciendo una gran contribución en cuanto hidratos de carbono se refiere.
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