Lamentablemente, todos los años en el país se producen muertes por intoxicación con monóxido de carbono, aunque en muchos casos pueden ser evitables.
¿Cómo se produce la intoxicación por monóxido de carbono?
La inhalación e intoxicación por monóxido de carbono produce que se reemplace al oxígeno en el torrente sanguíneo por este gas. En consecuencia, la falta de oxígeno daña el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo.
Los síntomas de intoxicación pueden variar de una persona a otra. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud. El principal riesgo de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas. Éstos pueden ser:
– Dolor de cabeza.
– Náuseas o vómitos.
– Mareos, acompañados de cansancio.
– Letargo o confusión.
– Desmayo o pérdida de conocimiento.
– Alteraciones visuales.
– Convulsiones.
– Estado de coma.
– Pueden producirse otros síntomas parecidos a una intoxicación alimentaria, un cuadro gripal, un problema neurológico o cardíaco. Es decir, ante la inhalación de este gas venenoso, puede parecer que la persona tiene otra patología.
Qué hacer ante la sospecha de estar sufriendo intoxicación por monóxido de carbono
– Abrir ventanas y puertas.
– Salir a tomar aire fresco inmediatamente.
– Apagar los artefactos de gas.
– Concurrir con urgencia a un centro de salud u hospital y/o comunicarse inmediatamente con un servicio de emergencias médicas.
En este sentido, para prevenir la intoxicación es elemental el control de las instalaciones y el buen funcionamiento de artefactos, así como es importante mantener los ambientes bien ventilados.
– Controlar la correcta instalación y el buen funcionamiento de los artefactos: calefones, termotanques, estufas a gas, salamandras, hogares a leña, calderas, cocinas, calentadores, faroles, motores en autos y motos, braseros.
– Examinar especialmente las salidas al exterior de hornos, calefones, estufas y calderas para asegurarse que están permeables y en buen estado.
– Hacer una verificación de las instalaciones con personal matriculado que pueda identificar y corregir los desperfectos de la fuente generadora de monóxido de carbono.
– Existen distintos signos que muestran que un artefacto no está funcionando bien y resulta urgente hacer revisar la conexión por un gasista matriculado:
– Comprobar que la llama de estufas y hornallas sea siempre de color azul. Si es anaranjada es señal de mal funcionamiento.
– Lo más notorio en un conducto de gas que no esté bien puesto o mal tapado, es el rastro de una mancha negra en el techo y en la pared (en el recorrido que hace el caño).
– También comprobar que los ambientes tengan ventilación al exterior; y ventilar toda la casa una vez al día, aunque haga frío.
– Dejar siempre una puerta o ventana entreabierta, tanto de día como de noche, y aún cuando haga frío.
– No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
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