Natalia López Gómez Mucho se lee sobre la necesidad urgente de pensar y potenciar al sistema de salud mental, para poder hacer frente a lo que se considera, será la esquirla más compleja que nos deje esta pandemia. El aislamiento ha generado un aumento en la demanda de atención de salud mental, según un nuevo estudio de la OMS (Organización Mundial de la Salud). El pasado 10 de octubre, la organización internacional realizó la presentación de un análisis realizado en más de 130 países que expone la necesidad de incrementar la financiación en el sistema de salud mental. Del estudio se desprende que antes de la pandemia, los países destinaban menos del 2% de sus presupuestos nacionales de salud a la salud mental y tenían dificultades para responder a las necesidades de sus poblaciones. La pandemia claramente ha provocado un incremento de la demanda de estos servicios. Los padecimientos de una extensa cuarentena y que parece no tener fin, generan o potencian ansiedades, depresiones o sentimientos de angustia. Todos estos síntomas muchas veces, con origen en la prolongación del aislamiento. “Quienes inviertan en salud mental cosecharán beneficios”, resume el análisis final del estudio analítico. En este marco, la Psicóloga riogalleguense por adopción, Josefina MONGE, nos da una visión profesional de la realidad local en cuanto a salud mental. Ante la consulta sobre las posibles formas de mitigar las consecuencias para la salud mental de los grupos vulnerables, la Licenciada señala que será necesario un trabajo social importante. “Habrá que detectar situaciones particulares de cada hogar, persona y familia, ofrecerles ayuda y acompañamiento. Tal vez instalar dispositivos barriales de contención, con actividades que les permitan a las personas cubrir sus necesidades básicas y estar apuntalados desde diferentes áreas (social, laboral, económica). Se deberá trabajar de manera interdisciplinaria para brindar apoyo a quienes lo necesiten”. Esto supone un amplio llamado a la población a reconocer a tiempo estas condiciones y acompañar desde las distintas disciplinas a las personas, para evitar que se vuelvan situaciones más complejas y enraizadas, difíciles de tratar. Es momento de reforzar la implementación de rutinas, alimentación saludable, ejercicio físico, descanso reparador, controlar el acceso a las noticias, fomentar y mantener los vínculos sociales. “Algo tan sencillo como vestirse cada día y mantener los hábitos de higiene, hacer meditación/yoga/respiración y mantener tanto espacios individuales como colectivos”. “Para ello, en los grupos más vulnerables habrá que realizar psicoeducación para que las personas necesitadas puedan adquirir estos hábitos saludables. “Nunca es tarde para empezar. Sé que por el momento hay muchos grupos solidarios en la ciudad que acompañan a las familias- destaca la especialista- les acercan alimentos, ropa, remedios y lo que necesiten y eso ayuda muchísimo. La solidaridad es más que importante en esta pandemia”. El aislamiento produjo una nueva modalidad de atención, y en este caso, tanto terapeutas como pacientes debieron pasar del consultorio presencial a las videollamadas. “Así como los bancos, escuelas, oficinas se apropiaron del homeoffice, la teleterapia llegó para los psicólogos como modo de acompañamiento de los procesos de nuestros pacientes durante este período tan especial. La gente está cansada y un poco desesperanzada. Hay padres e hijos a la distancia y no saben cuándo van a poder volver a verse, o otros que, aun estando en la misma localidad, no pueden visitarse ni compartir. Los chicos que extrañan el colegio y sus amigos, sus actividades extraescolares, los adolescentes las salidas y juntadas”. “La atención terapéutica aumentó. El insomnio se apoderó de muchas personas y eso trae dificultades en el rendimiento, hay fallas en la concentración. Este síntoma motiva interconsulta con psiquiatras, así como la ansiedad, depresión, estrés, que se ven mucho en estos tiempos. Hay mucho cansancio, mal humor, nerviosismo, irritación, tristeza y desgano. Necesitamos juntamente trabajar en lo contrario para pasar esta etapa de la mejor manera posible: ser positivos, proactivos, flexibles”. El miedo a contraer la enfermedad genera ansiedad, malestar, enojo, incertidumbre, y el miedo a la muerte se potencia con las noticias de cada día.
Adultos mayores: Entre el riesgo de la enfermedad o el riesgo de la angustia Desde los entes que regulan la salud mental piden prestar especial atención a las personas mayores que viven solas o sin parientes cercanos, que tienen un bajo nivel socioeconómico o están en condiciones de salud críticas. La premisa es “No dejarlos solos, aun solos”. En referencia a los adultos mayores, Josefina revela que “aquellos en aislamiento pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados, retraídos”. Dentro de las principales medidas de apoyo, detalla que “es importante acompañarlos, estar presentes y llamarlos cada día. El mayor riesgo en la población adulta es la soledad. Ese sentimiento los va silenciando, dejando lejos de todo, apagados y casi “desconectados” de los demás. Por eso es importante que sus hijos y nietos los llamen por teléfono, hagan videollamadas o les manden mensajes. Hoy por hoy visitarlos es muy riesgoso pero tenemos a favor la tecnología para mantenernos conectados. Debemos ser conscientes, cuidarnos y cuidarlos para volver a juntarnos y poder abrazarlos”. En la medida de lo posible, fomentar en ellos la elaboración proyectos, que tengan un propósito. Que piensen algo para realizar en el futuro o presente y puedan trabajar en ello. Que lo escriban, diseñen, elaboren y lo sueñen como para poder empezar a llevarlo a cabo ni bien se pueda. También es importante que tengan una rutina saludable en la casa. “Hay muchos canales de Youtube con actividad física para adultos de todas las edades, y que estén en movimiento es fundamental. Los juegos de mesa estimulan su faceta lúdica, creativa y les permite seguir activos mentalmente. Hay quienes se vuelcan hacia la escritura, al arte, la cocina, cursos… tenemos que ofrecerles todo tipo de recursos para despertar el interés y que puedan ir apropiándose de distintas actividades que hagan su día a día más llevadero” remarca.
Niños: Armarles rutinas y mostrarnos empáticos Los niños viven los procesos como lo viven sus padres. Por eso es fundamental que los padres o adultos responsables de su crianza puedan transmitir tranquilidad y empatizar con ellos. “Los niños deben estar acompañados y tener rutinas, se deben mantener las normas y los límites (aunque con un poco mas de flexibilidad que la habitual). Si tienen clases virtuales del jardín o colegio mejor, ya que eso estructura sus horarios y permite que hagan otras actividades variadas durante el día. El uso de pantallas debe ser regulado por los adultos, habiendo sido negociado previamente de manera conjunta entre los niños / adolescentes y adultos”. Josefina insiste en que los cambios deben ser lentos y siempre manteniendo los cuidados necesarios. Insiste en que cada casa es singular y depende de cómo los adultos manejen la situación. “Estimular el juego en ellos es importante ya que el juego les permite canalizar sus angustias, temores, ansiedades; que en esta época van en aumento”. Siempre recomienda el diálogo. “En caso de que no sea posible, se le puede ofrecer un espacio terapéutico para que puedan ayudarlo a transitar esta etapa con distintas herramientas. Esto será posible solamente si es que el niño / adolescente quiere. En caso contrario no tendrá efecto positivo, sino lo contrario”. Sótano nunca. TERRAZA, TERRAZA Los presagios para la post pandemia no suelen ser muy alentadores. Pero a favor, debemos decir que son bastante realistas. Lo que nos ubica mejor, nos prepara mejor. “Seguramente el año que viene será muy similar a este, y de a poco y con prudencia todo se irá acomodando. No creo que vuelva todo a ser igual. Ahora debemos aprender a convivir con el virus y tener muy en cuenta el autocuidado. Eso es importante para preservarnos a nosotros mismos, y también a los demás. La distancia social, el tapabocas y el uso del alcohol en gel vinieron para quedarse”. Un tema a tener en cuenta en este punto son las personas que perdieron familiares con el virus. También las personas que se contagiaron y aun desconocen las consecuencias físicas y mentales a largo plazo de esta enfermedad. “Será importante el trabajo con ellos y el acompañamiento, especialmente en el proceso de duelo. Por esto y otros motivos se habla mucho de que la próxima pandemia es la de la Salud Mental. Es importante para ello trabajar en la prevención y promoción de la Salud, tanto física como mental”. “Post pandemia volverán los reencuentros, juntadas, salidas y viajes. Podremos retomar nuestros proyectos truncos en este año y volver a proyectar con calendario en mano. Será importante ser flexibles ya que al igual que este año, posiblemente nada esté garantizado ni sea seguro. Aprender a abrazar la incertidumbre nos ayudará a transitar la famosa “nueva normalidad” con más recursos y aceptación”. La psicóloga invita a ver este año como una oportunidad para hacer todo lo que siempre quisimos y no podíamos por falta de “tiempo”. “Aprovechemos a criar, educar y acompañar a nuestros hijos y a compartir más con quienes vivimos, disfrutemos del homeoffice y los tiempos libres. Busquemos recursos que nos ayuden a transitar esta crisis transitoria”. Josefina es clara. Esto es un proceso, lleva tiempo, pero también requiere de nuestra voluntad. La terapia psicológica es un espacio privado de contención y acompañamiento en situaciones en las que uno siente que ya no puede más sólo. Así como vamos al médico cuando nos sentimos mal por síntomas físicos, también “es importante buscar ayuda psicológica cuando nuestra emocionalidad está afectada y condiciona severamente nuestro día a día. Recordemos que no hay SALUD, sin salud mental.”
Lic. María Josefina Monge. MP 469. WhatsApp (2966) 54-2985 // Instagram @terapia_psi_argLa Licenciada en Psicología Josefina Monge, reconocida profesional en salud mental riogalleguense por adopción, nos da pautas claras para superar vicisitudes propias del aislamiento.