En una nueva muestra de improvisación, falta de gestión, descontrol y locura del Ministerio de Salud, hoy llegó el primer vuelo de Aerolíneas a Río Gallegos.
Si bien hace días se había anunciado la llegada del primer vuelo a Santa Cruz, y luego de idas y vueltas de las autoridades sanitarias respecto a los protocolos sanitarios, el arribo de hoy podría calificarse como un literal desastre: ni los pasajeros ni los funcionarios tenían la menor idea de qué es lo que iba a suceder. Primero los llevaron al CEPARD, ahí no había nadie de salud, solo personal de deportes que no estaba al tanto del protocolo a seguir, y que sólo podían informar que allí deberían quedarse cumpliendo un aislamiento de 7 días. Finalmente los dejaron ir a todos con una declaración jurada, y así terminó el verdadero papelón del Gobierno de esta tarde.
Mientras tanto, los familiares de los recién llegados afuera del aeropuerto, expectantes, barricadas, colectivos, policías y pasajeros que no sabían dónde tenían que ir.
“Hace ocho meses que no veo a mi marido y vengo desde Salta con el PCR negativo, nos tienen acá a la deriva y nadie nos da una respuesta, voy a prender fuego todo”, decía a los gritos mientras tanto una pasajera del vuelo.
Una vez más, las autoridades del Gobierno santacruceño fracasan en el manejo de la pandemia. Esta tarde, fue una muestra fiel de que aún contando con un estricto protocolo, las autoridades sanitarias no saben qué hacer e improvisan con lo que está a su alcance.