Exploradores, una experiencia educativa que cumple 5 años en Santa Cruz

Exploradores celebra cinco años de trayectoria en Santa Cruz consolidándose como una propuesta educativa que pone en el centro la experiencia directa en la naturaleza, el aprendizaje colectivo y el vínculo con el territorio. Lo que comenzó como una iniciativa sencilla —salir al cañadón, compartir tiempo al aire libre y aprender desde el encuentro— hoy es un programa con identidad propia, mirada pedagógica definida y un fuerte impacto en chicos y chicas que participan de cada edición.

“Cuando miro para atrás siento que Exploradores hizo un recorrido muy orgánico, de ir aprendiendo mientras hacíamos”, resume Rocío Navarro, responsable del programa Comunidades de Parque Patagonia y una de las impulsoras del proyecto. En sus inicios, explica, la propuesta era simple: generar un espacio de contacto real con la naturaleza. Con el tiempo, esa experiencia se volvió “más profunda, más compleja y más consciente”.

Ese crecimiento fue acompañado por la consolidación de equipos de trabajo, la revisión constante de procesos y una escucha activa de las necesidades de la comunidad. “Fue entendiendo qué funciona, qué grupos faltan sumar y qué sentido tiene hacerlo acá, en este territorio”, señala Rocío. Exploradores se transformó así en un programa con anclaje local, que aprende del entorno y de quienes lo habitan.

A lo largo de estos cinco años, el impacto se hizo visible en transformaciones que no siempre se miden en números. “El cambio más fuerte se da en la forma de estar en los campamentos. Llegan con tiempos acelerados, con poca tolerancia al aburrimiento o a la frustración, y con una relación distante con el entorno. Con el correr de las horas, empiezan a registrar el paisaje, a escucharse, a cuidarse entre ellos”, describe.

En ese proceso, la naturaleza deja de ser un simple escenario y pasa a ser un espacio de vínculo, aprendizaje y responsabilidad compartida. “Eso no se enseña con discursos. Se construye con experiencia real”, afirma Rocío.

Al repasar los momentos que marcaron el camino de Exploradores, no aparecen grandes hitos, sino escenas cotidianas cargadas de sentido: chicos que al principio no querían caminar y luego piden quedarse un rato más; grupos que se organizan solos para resolver una dificultad; silencios compartidos frente al paisaje. También situaciones más profundas, donde Exploradores se convirtió en un espacio de contención para chicos atravesados por contextos de vulnerabilidad. “Ahí entendés que no es solo una actividad al aire libre. Lo que se construye es confianza, cuidado y un lugar distinto, más seguro. Y eso vale la pena sostenerlo en el tiempo”.

Ese impacto también se refleja en quienes participaron desde las primeras ediciones. Martín Contreras tenía diez u once años cuando fue por primera vez. Hoy, con quince, puede poner en palabras lo que significó. “Me acuerdo de la primera vez. Me sentía feliz, emocionado. Lo que más esperaba era ayudar a cocinar o armar las carpas”, recuerda. Entre juegos y aprendizajes, fue incorporando otra mirada sobre el entorno. “Antes, cuando hablaban de cuidar el planeta, yo pensaba que lo decían por decir. Ahora lo entiendo”.

Exploradores llega a su quinto aniversario con la certeza de ser un espacio vivo, en constante movimiento. “No somos rígidos”, explica Rocío. Hay una filosofía clara —aprender desde el territorio, desde el cuerpo, desde el encuentro y el cuidado— pero también adaptación, escucha y trabajo en equipo.

Por eso Exploradores continúa. Porque sigue teniendo sentido, porque hay chicos que crecen, recuerdan y quieren volver, y porque la naturaleza sigue enseñando. Como resume Rocío, Exploradores es experiencia, comunidad e identidad: “una forma de aprender estando”.

Para más información, se puede contactar a través de las redes sociales del programa: @exploradoresargentina.