Luciano
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HACER ESCUELA EN PANDEMIA

Desde la coordinación de la “Escuela del Viento” del Sindicato de Petróleo y Gas Privado liderado por Claudio Vidal, se mostraron satisfechos por el trabajo realizado en su primer ciclo lectivo.

 

 

 

 

En febrero de este año se inauguró la “Escuela del Viento”, un proyecto de educación inicial y primaria de gestión privada con jornada extendida impulsado y financiado por el Sindicato Petrolero y Gas Privado de la provincia de Santa Cruz a través de la Mutual “12 de septiembre”, con sedes en las localidades de Las Heras y Pico Truncado.

El proyecto está dirigido a niñas y niños de la comunidad de Las Heras y Pico Truncado desde sala de 3 años hasta 7° grado, con el objetivo que “niñas y niños vivan una experiencia de aprendizaje integral y cuenten con oportunidades auténticas para jugar, asombrarse, explorar, moverse, ser creativos y curiosos, pensar críticamente, desarrollar confianza, responsabilidad y comprometerse con su comunidad”, con 180 días de clases asegurados, jornada extendida, robótica, inglés desde nivel inicial, impresión 3D y artes en movimiento, seguimiento del rendimiento académico, excelencia profesional de directivos y docentes y calidez humana en el ambiente educativo son algunos de los preceptos en los que se sostiene el proyecto de acuerdo a la presentación que sus responsables hacen de la propuesta educativa.

Este ciclo, que ya de por sí representaba un desafío para sus responsables, debió redefinirse para poder atravesar las dificultades que trajo la irrupción del CoVid19.

Damián Zagdanski, Licenciado en Psicología y Especialista en Educación, quien junto al profesor Roberto Borselli son los asesores educativos del sindicato que llevan adelante la coordinación del proyecto, comentó a WOU! que “los pocos días de haber empezado las clases y recién conociendo a las chicas, los chicos y las familias -como a todas las escuelas del país- nos tocó volver a casa, y eso nos planteó el enorme desafío de repensar la escuela en entornos virtuales”. Indicó que previo a la pandemia, ya se había comenzado a preparar una plataforma virtual para complementar la enseñanza y el aprendizaje en las aulas, pero el nuevo contexto los “obligó a acelerar la tarea de poner a punto el aula virtual para que estuviera disponible para empezar a trabajar” lo cual se conversó con todas las familias.

Aulas virtuales

En el trabajo de sostenimiento del vínculo pedagógico con los 200 alumnos de ambas sedes de la “Escuela del Viento”, Zagdanski explicó que las aulas virtuales comenzaron a funcionar “una semana después de que se interrumpieran las clases presenciales, tuvimos que crear un aula para cada grado, para cada sala y para cada uno de los espacios curriculares: para lengua, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, arte, inglés, tecnología, etc.” y “simultáneamente tuvimos que capacitar a nuestro equipo docente, y para eso contamos con la ayuda de todos los profes del área de tecnología que se pusieron al hombro este desafío” y así fue como “diseñamos diferentes dispositivos de capacitación y de acompañamiento, porque diseñar una clase, una actividad o una tarea en un entorno virtual es muy diferente a hacerlo en un espacio físico”. Así se presentó un doble desafío: “por un lado teníamos que ayudar a los maestros y maestras a pensar cómo diseñar estas actividades y por otro lado ofrecerles todos los recursos y acompañamiento que supone la vinculación a través de los entornos virtuales”.

Más adelante -continuó explicando- “de a poquito comenzamos a sumar los video encuentros o video clases en principio a través de una plataforma que se llama Jitsi, y luego fuimos probando con otras en función de las posibilidades y dificultades que iban apareciendo en cuanto a la conectividad, ancho de banda, a la posibilidad de que los chicos se pudieran conectar” lo que representó un “trabajo impresionante de equipo de cada docente, de cada directivo, del equipo técnico, el equipo del área de tecnología, los asesores” conformando una red que permitió sostener el proceso de enseñanza en este contexto.

En este trabajo articulado, “los protagonistas de la historia son los chicos, las chicas y las familias que confiaron en el proyecto de la Escuela del Viento, que tuvieron paciencia, nos esperaron cuando hubo que esperarnos, nos acompañaron cuando se necesitó, que respondieron cuando hubo que responder y también el equipo docente completo que tuvo que aprender un montón de cosas para las que ninguno de nosotros estaba preparado”, destacó el especialista en educación.

Objetivo cumplido

A pesar de las dificultades del contexto de pandemia, el licenciado Damián Zagdanski señaló que la evaluación sobre este primer ciclo de la escuela es muy satisfactoria: “Mirando para atrás, ya llegando a diciembre, podemos decir que cumplimos con nuestro objetivo de hacer escuela de un modo diferente a través de herramientas que tuvimos que consolidar y aprender con el tiempo, pero siempre sosteniendo el vínculo pedagógico, la relación con cada uno de los chicos, las chicas y las familias y sin perder de vista la importancia de la escuela para la vida en sociedad” además de “acompañar y sostener en un momento tan difícil y doloroso como es la pandemia”.

Los alumnos además de aprender los contenidos “también pudieron contar con espacios de contención y de diálogo, charlas donde poder expresarse para poder atravesar juntos esta situación que nos tocó vivir”, concluyó.

El Sindicato de Petróleo y Gas Privado, promotor de la “Escuela del Viento”, tiene previsto expandir el proyecto abriendo dos sedes más, una en Río Gallegos y otra en Caleta Olivia, con el fin de fortalecer las oportunidades educativas, tanto de los afiliados como de los vecinos en general.

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