Luciano
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PEOR QUE ANTES

Hay renuncias en el equipo de Salud, mientras el país esta debatiendo en estos días cuándo y cómo será la segunda ola de esta pandemia interminable. Qué pasa en la Provincia de Santa Cruz y como encaramos lo que viene?

 

En Santa Cruz la situación no parecen haber cambiado mucho pese al avance de la pandemia y todo Indica que seguimos igual que en marzo del 2020. Solo tenemos algunas mejoras en cuanto a lo estructural, pero en cuanto a las políticas de lucha contra el Covid-19 sigue habiendo más dudas que certezas.

Como si esto fuera poco el Dr. German Aballay, Secretario de Estado de Salud y Seguridad del Paciente presentó su renuncia.

El Dr. Aballay seguramente será recordado por su negacionismo de la realidad pandémica. No fueron pocas las oportunidades en donde trató de justificar lo injustificable, atacar a los medios de comunicación, haciéndonos responsables de generar miedo o caos, o de tratar de miserable al Dr. Juan Acuña Kunz en la polémica por la utilización del Ibuprofeno Inhalado. Tildando a todos los que pedían el tratamiento compasivo de opositores.

El Dr. Avallay se va envuelto en una polémica interna por un supuesto viaje realizado durante las vacaciones de verano en un vehículo oficial, cuestión que le habría costado una discusión con el Ministro García.

Nada se ha dicho públicamente de la salida del polémico Dr. de la cartera sanitaria de Santa Cruz.

Este no es el único lugar que se encuentra disponible en el Ministerio de Salud, sino también el de la Dra. Ana Cabrera, quien fue duramente cuestionada por su falta de antecedentes laborales y por ser propietaria de un Centro Estético en Tucumán, y por su idoneidad para el cargo de Epidemióloga del Ministerio de Salud.

Lo cierto es que ya hace un largo tiempo que la Dra. se encuentra nuevamente en su Provincia natal, por lo cual hoy el Ministerio de Salud no cuenta con un Epidemiólogo o por lo menos no se ha anunciado el reemplazo de la Dra. Ana Cabrera.

Santa Cruz enfrenta la segunda ola sin epidemiologo en el equipo sanitario y con bajas sensibles en el ministerio que debe hacer frente a la pandemia. 

 

Durante todo el 2020 hemos escuchado cómo se preparo Santa Cruz para cuando el virus llegue a nuestras tierras, y lo cierto es que poco y nada de lo que se organizó funcionó. NO funcionaron los controles de la Policía, entrar y salir de Santa Cruz era muy sencillo, con ningún protocolo seriamente controlado, se apeló a la responsabilidad individual. ERROR de cálculo de las autoridades pensar que los Argentinos podemos auto regular nuestra responsabilidad individual. No hay que ser experto para darse cuenta que los números de fallecidos en accidentes viales por excesos de velocidad, o manejar en estado de ebriedad ponen a Argentina al tope mundial de países con peores estadísticas. Solo con ese ejemplo de responsabilidad individual alcanza para saber como iba a resultar la estrategia del Gobierno, MAL.

Santa Cruz optimizó las terapias intensivas en muchos Hospitales, pero no contempló las bajas en el personal que las atiende, bajas por enfermedad o por agotamiento.

Fueron muchas las veces que los médicos de las terapias gritaron que estaban solos, que no alcanzaban las manos para atender lo que estábamos viviendo.

Y un día llegó la peor noticia, y comenzaron a llegar los partes fríos de los fallecidos, y cada vez eran más y más los vecinos que se llevó la pandemia, pero la culpa era nuestra, y no del sistema que no se preparó para enfrentar lo que se venía.

Hubo cambio de Ministro de Salud, pero nada cambió, todo siguió igual, o peor.

Los testeos eran muy escasos, y el índice de positividad superaba el 60%, algo así como que solo se testeaba a los positivos.

Son cientos los vecinos que mentían en cuanto a los síntomas para que se los testeara en los centros disponibles del Gobierno. Y muchos más los que iban y pagaban más de $7.500 pesos para hacerlo en el privado.

Y un día el Gobierno reaccionó, y testearse ya no era una misión imposible, y así salieron a los Ministerios, y a donde se los llamaran, y pudimos bajar los contagios.

Uno tiene la fea sensación de que vamos a encarar esta segunda ola con las mismas herramientas y prácticas que la primera, y esto difícilmente termine con un resultado diferente. 

 

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