Luciano
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Record total en el Fitz Roy

Un joven de sólo 15 años se convirtió en la persona más joven en escalar el Fitz Roy.

 

Tomás Odell subió la legendaria montaña junto a su hermano Pedro (17) y su padre Max en cuatro jornadas. También es el único adolescente en haber escalado las principales agujas de El Chaltén.

El 26 de abril de 1336 el poeta italiano, Petrarca, subió el Mont Ventoux de casi 2000 metros. Al bajar le preguntaron la razón de su aventura. “Porque sí, porque estaba ahí”, contestó parco.

El 3 de marzo a las 9,30 Tomás Odell (15) llegó a la cima del Fitz Roy (3405) una de las montañas más intrincadas en El Chaltén, Santa Cruz, y un desafío para los expertos. Se convirtió así en la persona más joven en subir el legendario monte que fascinó, entre otros, al director de cine Werner Herzog.

El anterior récord estaba en manos del escalador barilochense, Sebastián de la Cruz, que lo hizo a los 16.Al bajar, un periodista de Clarín le preguntó sus motivos y su respuesta emuló a la del italiano. “Porque hacía buen tiempo y se podía en esos días”, dijo.

El adolescente realizó el ascenso junto a su hermano Pedro (17) y su padre Max Odell (47). Juntos, pero no al mismo tiempo, puesto que los chicos avanzaron liderando la escalada.

Lo hicieron por el filo Noroeste-Afanassieff conocida por ser una de las vías más largas del Fitz Roy.

Pedro y Tomás son campeones nacionales de escalada deportiva, cada uno en su categoría.

Con esta travesía Tomás alcanzó otro récord: es el ser humano más joven en concretar las principales agujas de la zona de El Chaltén, un verdadero milagro físico y mental.

Tomás todavía no lo sabe. No lo piensa, dice, como tampoco hace alarde de ser la persona más joven en alcanzar la cúspide de una de las cadenas de montañas más complejas del mundo. Va al secundario de El Chaltén y entre sus amigos estas aventuras no lo convierten en un compañero especial, explica quitándole peso a sus récords.

“Subir el Fitz Roy no fue tan diferente, había unos días buenos y lo hicimos. No subí para romper un récord sino porque se podía subir”, explica.

Cuando se le pregunta sobre qué condiciones debe reunir un escalador, revela su claridad. “Uno se cansa, siempre, pero hay que seguir y seguir. El estado físico es una cosa, también hay conocer el clima y hay que estar atento. La montaña es como si estuviera viva”, agrega.

Max ya había subido antes el Fitz Roy y 5 veces el Cerro Torre (3128). Esta era la primera ocasión que encaraba el Fitz Roy con sus hijos. Subieron, con él atrás y con los chicos primeriando, en 4 jornadas, 3 de ascenso y 1 de descenso por la vía Franco-Argentina.

Escalaron con el mínimo de equipo para avanzar con rapidez. La segunda de las noches la pasaron a 3150 metros, con 7 grados bajo cero, apretados los 3 en sus bolsas de dormir y adentro de una pequeña carpa.

“Lo veníamos pensando hace rato y como había días buenos, despejados, analizamos el clima y lo hicimos”, resume. “Mis hijos escalan siempre y yo los veía sólidos. Al llegar la sensación es muy linda, muy fuerte. Estás con ellos y alrededor todo el paisaje desde arriba. Muy fuerte”, concluye.

Fuente: Clarín

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