El Frente que (no) es Todos, y Juntos por el Cambio, que no cambia.
El oficialismo debe resolver, por segunda vez en la historia, cómo encarar una elección con sectores muy diferenciados. La oposición, con la expectativa de que en los últimos años gana las legislativas, no tiene a Eduardo Costa, aunque el Senador sigue manejando la estructura de la UCR.
Todas las elecciones hacen historia indefectiblemente, pero las de medio término de este año tendrán un condimento particular: será en pandemia.
El gobierno nacional pone en juego menos bancas que la oposición aunque en un contexto delicado en el ámbito social y económico.
El plan A es ganar, el plan B, ganar. Todas las manos en el Congreso sirven.
En Santa Cruz, el Frente de Todos será sometido por segunda vez en su historia a una división de sectores muy marcado, para poder ocupar las bancas de Roxana Reyes, Antonio Carambia y Juan Vázquez.
La primera prueba en 2.019, la pasó y logró junto con SER Santa Cruz y el sector de Javier Belloni, Intendente de El Calafate, retener la provincia.
De hecho, de 10 votantes del oficialismo, solo tres votaron a la actual Gobernadora Alicia Kirchner.
La estrategia del secretario general de los Petroleros Privados, Claudio Vidal, y del jefe comunal de la Villa Turística, surtió efecto. Se diferenciaron, se mostraron distantes al kichnerismo, y juntos captaron más votos que el apellido Kirchner (más allá de que el contexto nacional con un Eduardo Costa que apoyó al ex presidente Mauricio Macri, claramente los favoreció).
La mayoría de las bancas las ha ganado la oposición en los últimos años en Santa Cruz, salvo en las elecciones generales cuando la boleta del diputado iba pegada a la presidencial.
El kirchnerismo buscara sí o sí ganar dos bancas.
Pero ahora en la segunda prueba existe un problema, cómo se arma una lista con espacios que quieren más poder, pero que al mismo tiempo, si se separan, pueden perderlo.
(Nota al pie: casi una metáfora similar a lo que ocurre en el gobierno nacional).
SER Santa Cruz a diferencia de Belloni, puede presentar candidatos propios, romper, y con suerte, lograr votos para el 2.023. Hasta ahora el partido realizó amagues y señalan que no es seguro que jugarán dentro del FDT.
Pero esto también puede ser una estrategia. De nuevo, podrían dejar ir a Vidal, que gane, pero que sume una banca a la hora de levantar la mano en el Congreso.
Pero para el gobierno provincial es un arma de doble filo porque al mismo tiempo- más allá de los nombres- significaría más poder para SER.
El grupo de El Calafate todavía no discutió concretamente que harán. Nombres hay: Jorge Arabel, o el propio Javier Belloni, que implicaría nuevamente volver a una candidatura testimonial, ya utilizado por el kirchnerismo.
En este último caso, también se juega una variable importante, que es la de no quemar candidatos de cara al 2.023 en una elección legislativa que aún en el mejor contexto del kichnerismo a nivel nacional, cosechó pocos votos en la provincia en la cual nació.
La pelea será por los dos primeros nombres, es decir, dos sillas para tres espacios.
También hay un sector que no quiere quedar afuera. El Intendente Pablo Grasso es conocido en Río Gallegos, un dato no menor a la hora de sumar sufragios si ya fue candidato en 2.019 cuando se dividieron las elecciones de gobernador por un lado, y de Intendentes por otro.
SIN COSTA
Luego de perder la cuarta carrera a la gobernación, Eduardo Costa se llamó a silencio mediático, y sólo se dedicó a participar de las sesiones del Senado.
Costa solo no es la oposición, que está conformada por el Socialismo, PRO, Encuentro Ciudadano, una peleada UCR y el indescifrable con MOVERÉ.
Pero el actual Senador mantiene la estructura.
Roxana Reyes es la obvia candidata para buscar la reelección. Su red de votos será o puesta en el barco de una nueva candidatura a la Intendencia de Río Gallegos en 2.023, o directamente a la Gobernación. También se menciona a Leo Roquel, Gabriele Mestelán (EC), Omar Fernández (Socialismo), e incluso el ex diputado nacional el médico cirujano de Caleta Olivia Juan Acuña Kunz, de una gran exposición durante la pandemia; Mariano Nieto también de zona norte, etc.
Dicen que se asoma Omar Zeidán, el ex interventor de YCRT, que ya fue candidato a diputado, y no le fue para nada bien.
Otro que esta trabajando desde Río Gallegos para tener oportunidades electorales es Leo Roquel quien representa una renovación dentro de las filas radicales y tiene consenso y buena imagen.
La oposición deberá buscar consenso para saber quien acompaña a Reyes, la mejor posicionada. (O quizás, no se sabe qué hará Encuentro Ciudadano).
Antonio Carambia, actual diputado nacional es marcado como uno de los votos incógnita en la próxima discusión por la reforma del Ministerio Público Fiscal.
Carambia ya ha votado a favor del kichnerismo. Al mismo tiempo, su hermano, José María Carambia Intendente de Las Heras, discute con la gobernadora por Facebook.
Ni el oficialismo ni la oposición han hablado seriamente de las elecciones que, por ahora, tendrán las PASO el 12 de septiembre y las generales el 14 de noviembre.
De lo único que se habla es de la pandemia, sólo por ahora.