El grooming o acoso sexual por redes sociales es una situación a la que están expuestas mujeres y niñas en todo el mundo. Si lo llevamos a una realidad local, cuando se difunden estas situaciones, en lugar de criticar a los acosadores, muchas personas terminan divirtiéndose de la situación, sin importar el daño a las víctimas.

María vive en Río Gallegos, tiene 30 años, le pidió a Wou Noticias que la apode con un nombre ficticio para no tener más repercusiones. Hace dos días, durante la madrugada, se levantó para alimentar a su bebé y recibió un mensaje de un desconocido apodado en Facebook como Gonza Martínez, quien le pedía videos eróticos.

Horas más tarde, subió la conversación a la misma red social para escrachar al acosador. Sin embargo, en lugar de recibir apoyo, estallaron los “me divierte” en su publicación, la cual también estaba llena de comentarios en donde se burlaban.

Peor fue la sorpresa cuando comenzaron a llegarle un sinnúmero  de solicitudes de amistad de  hombres, la mayoría vecinos de la ciudad, una situación que la disgustó profundamente y que no hace más que mostrar una realidad que sufren miles de mujeres, acompañado de la escasa sensibilización de la gente ante estos casos.

Argentina es el segundo país con mayor ciberacoso infantil en Latinoamérica según un informe de la UNESCO (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Esto requiere la toma de conciencia y múltiples desafíos para afrontar y acompañar a las víctimas, así como también denunciar a quienes ejerzan este delito.