Ante la falta de novedades y escasez en el surgimiento de nuevas figuras y cuadros, la aparición (casi por “generación espontánea”) de Mario Markic en el escenario político santacruceño tuvo notoriedad.
Comparado con figuras nacionales, viene a ser una especie de “Manes tardío”. Viene de afuera de la política pero para alinearse a la política (no como Milei). La diferencia es que su arranque es a último momento, a pocos meses de las elecciones, con las ventajas y desventajas que esto implica: su aura de novedad va a estar aún en boga al llegar las elecciones y tendrá menos tiempo para que se le descubran sus contradicciones, además de tener la “foja politiquera limpia”; pero tendrá menos tiempo también para meterse en temas y asimilar las contextualidades de la política, y corre el riesgo de ser visto como un oportunista de último momento, que quiere gloria fácil sin haber “laburado” mucho (políticamente).
Pero las preguntas principales son ¿qué implicancias tendrá su aparición? ¿tendrá impacto “real” o sólo mediático?
Lo más probable es que sí va a tener algunas implicancias y también impactos reales, pero hacia adentro de la alianza Cambia Santa Cruz más que hacia afuera.
Por un lado, la gente a la que llegará su impronta (el target de posibles votantes) será muy similar al de otros candidatos de Cambia.
O sea que habrá más redistribución interna de votos que crecimiento hacia votos nuevos.
Por ejemplo, seguramente le quite más votos a Roxana Reyes (y eventualmente a Costa y Gardonio) que al kirchnerismo y al peronismo.
La única manera de que no ocurra esto, de que cosechará votos nuevos, sería que Markic hiciera un rupturismo notable con su ideología y se arremangara una campera de cuero y se convirtiera en todo lo que alguien surgido de TN no es, además de arremeter a fondo por todo el territorio y con una energía fuera de lo común. Lo cual no sólo es improbable en el reino de la probabilidades, sino que ya empezó mal (si hubiera querido hacer ese rupturismo) en una de sus primeras entrevistas televisivas (este domingo 12 en el programa de Diego Sehinkman): sin darse cuenta, y todavía sin expertise suficiente a pesar de sus excelentes capacidades líricas, denigró a los administrativos públicos de Santa Cruz. Con otras palabras, los metió a todos en una misma bolsa: la de los que no laburan, no tienen méritos y no tienen expectativas de nada. Minutos después de esto, trató de arreglarla un poco, pero ya era demasiado tarde (al menos se dio cuenta de que la había pifiado y reaccionó, pero debió estar más entrenado desde el principio). Mal comienzo si se quiere triunfar en una provincia con gran cantidad de empleados públicos.
Además, se mandó otro moco: mencionó a SER Santa Cruz en el mismo nivel de confianza aliancista que los demás partidos de Cambia Santa Cruz.
Pero volviendo a Cambia, además existirá la amenaza de que ocurran chispazos internos con los egos.
En primer lugar, la alianza Cambia, a hoy día, tiene su sustento principal en lo mediático y en los contactos nacionales. La imagen vale más que mil zapatos. Y en ese terreno, Markic es rey. Ya tuvo aparición en canales nacionales, en horario central, más veces que Roxana Reyes en todo el año pasado (por nombrar a la de más llegada a los canales nacionales en la alianza santacruceña).
Y también tiene más contactos informales (humanamente más legítimos) con altas figuras nacionales.
O sea: en tres minutos, Markic ya dominó el escenario mediático nacional. Y como en esta alianza no existe casi el dominio del barro territorial, eso pesa mucho.
Por otro lado, el concepto de construcción de proyecto y de militancia está tan deteriorado en los partidos opositores santacruceños, que un surgimiento instantáneo, como éste de Markic, enseguida se pone a la altura de los demás en esos aspectos. Markic aún no construyó nada políticamente pero ¿y los otros candidatos de Cambia qué han venido construyendo desde el 2019, además de imágenes y denuncias individuales? Markic aún no tiene militantes comprometidos propios, dispuestos a pisar el barro y a acometer esfuerzos partidarios, pero ¿y los demás candidatos? ¿Cuántos de los candidatos de Cambia Santa Cruz pueden juntar más de veinte militantes en una misma foto?
Cualquier figura verdaderamente notable (como Mario Markic) que ingrese a Cambia Santa Cruz, va a estar arriba en la vara cambiemita en muy poco tiempo, por el tipo de figuras y de estilo político que los atraviesa desde hace ya varios años.
Cambia Santa Cruz es una alianza de gente cuya ideología podría sintetizarse primordialmente en lo siguiente: creen que unos pocos iluminados de arriba, por la sola existencia de su luz, son capaces de iluminar 243,943 km² de brutos que, hasta ahora, nunca supieron votar.
Para colmo, Markic tiene una ventaja sobre Roxana: es simpático y entrador naturalmente. Lo cual podría llegar a inquietarla.
Una pregunta al respecto: el lanzamiento oficial repentino de la candidatura de Roxana Reyes (por más que ya se sabía que iba a competir), bastante poco comunicado y sin preparación de suspenso ni pompas (a diferencia de lo que hicieron figuras nacionales como Larreta y Morales) ¿no fue acaso una reacción intempestiva de Roxana, acuciada por la amenaza de la atención generada por Markic?
Pero todo esto es parte del mundo de los sueños. En el mundo de la vigilia, la variable fundamental sigue siendo la misma: qué, y cómo, va a hacer Claudio Vidal.
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