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DOS AÑOS DE INCERTIDUMBRE

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DOS AÑOS DE INCERTIDUMBRE

¿Dónde está Marcela? 

 

Hace dos años, Marcela López, de 62 años, desapareció de manera misteriosa de su casa en Río Gallegos, dejando tras de sí pocos rastros claros. A pesar de la conmoción inicial generada por la denuncia de un presunto secuestro extorsivo, la justicia centró su investigación en la hipótesis del suicidio como causa principal.

El 22 de mayo de 2021 Marcela salió de su casa, dejando su automóvil abierto, con las llaves puestas. Sin llevar consigo su celular, documentos ni dinero, se dirigió a un kiosco ubicado a pocas cuadras, donde compró un paquete de golosinas antes de retirarse. Las últimas imágenes capturadas por las cámaras de seguridad la mostraban caminando hacia la costanera.

La última persona que afirmó haberla visto fue un pescador, quien declaró haber intercambiado algunas palabras con ella antes de que se alejara caminando hacia el muelle. Ese mismo día, se implementó un confinamiento estricto en todo el país debido a la pandemia, lo que implicaba restricciones en la circulación.

La hipótesis de la justicia

A pesar de los esfuerzos de búsqueda llevados a cabo por equipos de expertos, la Prefectura y aviones que sobrevolaron la zona, Marcela López continúa desaparecida. Solo se encontraron dos prendas dobladas cerca del muelle, un hallazgo que la familia cuestiona, ya que consideran que no hay motivos suficientes para que Marcela haya decidido quitarse la vida.

La jueza que investiga el caso, Marcela López Lestón, titular del Juzgado de Instrucción Nº2 de Río Gallegos, prefiere creer que la mujer se quitó la vida arrojándose a la fría agua de la Costanera.

El pedido de la familia

La familia de Marcela descree de que se trate de un suicidio: “La gran mayoría de las personas que han muerto allí han aparecido siempre”, sostiene una de sus hijas, Analía.

La misma desconfianza abriga el superintendente de Bomberos de Río Gallegos, comisario Martín Aguirre, quien asegura que “en 28 años de servicio, es la primera vez que no aparece el cuerpo de una persona que se tiró al río”.

Entretanto, entre los vecinos reina la desconfianza: ¿Por qué la Justicia nunca requirió las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona? Debieron ser las hijas de la mujer los que hurgaron en la zona para finalmente conseguir un video donde se puede ver a Marcela comprando en un kiosco cerca de la calle Bouchard, justo donde queda su propia casa.

De las imágenes surge un dato insólito: la mujer se cruzó con su hija, Analía, pero no se reconocieron. “Quizás porque ese día estaba bien vestida o por el barbijo, no sé”, arriesgó la propia joven. Luego aparece otra cámara, que muestra a Marcela sobre calle Chiclana, en dirección a la costanera.

Aquel video tendría lugar después del primero y se puede ver a la mujer acelerando el paso, casi trotando, con rumbo desconocido. El registro es el último que la muestra viva.

El abogado de la familia de Marcela, Jorge Trevotich, se cansó de presentar medidas de pruebas pidiéndole a la jueza que investigue todas las hipótesis posibles pero fue rechazado una y otra vez so pretexto de ser “inconducente”.

La pista del femicidio

José Luis Balado, última pareja de Marcela, jura que no tiene nada que ver con su desaparición. 

En ese marco, apareció un nuevo actor en escena, o actriz: Viviana, hermana de la mujer desaparecida, que reveló que un día encontró un papel en la puerta con un mensaje brutal: “Marcela está enterrada en la casa de Balado. Quemá este papel”.

La justicia decidió actuar en consecuencia y mandó a allanar las propiedades de Balado aunque no encontró mayores elementos de valor para la causa.

Al mismo tiempo, y producto de la desesperación por la falta de datos, la familia decidió contratar a un adiestrador de perros rastreadores para asistir en la búsqueda. Durante una investigación no oficial, se hallaron supuestos dólares y un maxilar en el domicilio de Balado. Sin embargo, las personas que aseguraron haber presenciado dicho hallazgo no tomaron fotografías, lo que ha generado dudas sobre la veracidad de la evidencia. Posteriormente, el adiestrador de perros, Marcos Herrero, fue detenido en Mendoza bajo sospechas de haber plantado evidencia en varios casos.

Hoy, a dos años, nada se sabe de Marcela López. Y la familia se sigue preguntando:¿ Dónde está?

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